sábado, 9 de abril de 2011

Las manzanas mágicas.





        Érase una vez una niña que iba paseando por el bosque recogiendo bellotas y piñas para luego  meterlas en botes y venderlas.
        Cuando ya se acercaba al final del bosque le pareció ver un manzano con manzanas doradas, se acercó al árbol y echó en la cesta seis manzanas. Probó unas de ellas, se entretuvo y se empezó a hacerse de noche.
Se fue para su casa. Al llegar cenó, les dio las buenas noches a sus padres. A continuación se acostó, quedándose pronto dormida.
        A media noche empezó a notar que se estaba elevando la cama. Se despertó y le estaba ocurriendo a ella ¡Las manzanas eran mágicas y le daban súper poderes! 
        Cogió su linterna y se fue volando por la ventana, pero no creáis que el viaje le fue muy bien  porque no sabía volar.
        Cuando llegó al bosque se dio cuenta que debajo del árbol había un duende. La niña  le dijo:
        - Perdona, he cogido unas seis manzanas de este manzano.
        El duende le contesto:
        - ¡Oh no, que horror!, el rey se enfadara.
        - ¿Por qué?
        - Porque lleva  mucho tiempo intentando que el manzano de su familia consiga manzanas doradas.
        - Lo siento.
         - Bueno y ¿cómo es que mi amigo el perro guardián no te lo impidió?
        - Pues no sé, yo miré y no había nadie.
        - ¡Ah!, se me olvidaba, me llamo Robitu.
- Encantada de conocerte Rubitu, me llamo Alba.
- Igualmente, Alba.
- Bueno tengo bastante sueño me marcho para mi casa.
- ¿Quieres mañana venir a mi mundo?
- Vale, ¿quedamos aquí mañana?
- De acuerdo, hasta mañana.
- Adiós.
         Alba llegó a su casa. Después de cenar, se acostó y  se durmió tranquilamente.
        Al siguiente día, al terminar de desayunar, le dijo a su madre que se marchaba. Cuando llegó al bosque, debajo del árbol se volvió a encontrar con Robitu, que le dijo:
        - Hola ,Alba ¿Vamos a mi mundo?
        - De acuerdo.
        Llegaron al mundo de Robitu por un tubo que había escondido entre unos arbustos, Alba estaba decepcionada porque ella se esperaba un mundo muy bonito, como a veces veía en la televisión en los dibujos animados. Sin embargo, la hierba estaba seca y apenas había plantas.
        Alba le preguntó :
        - Robitu, ¿que ha pasado aquí?, ¿por qué es tan pobre tu mundo?
        - Alba, desde que los humanos llegaron nos han ido quitando terreno y cosas poco a poco .
        - Que pena Robitu, ¿cómo podríamos arreglar esto?
        - Le tendríamos que preguntar a nuestro rey, para que nos dé la poción mágica de las doce manzanas doradas.
        - ¿Esas manzanas de las que me hablas son las mismas que las que yo cogí?
        -Sí, pero tenemos un gran problema, nada más que salen seis manzanas al año y solo podríamos multiplicar el número de manzanas, echándole plata mágica.
        - ¿Que es la plata  mágica. ¿Dónde la podemos encontrar ?
        -Bueno no sé cómo explicarte qué es, pero con ella se pueden cumplir los deseos. La podríamos conseguir encargándosela a mi amiga Rania.
        En ese momento pasaba Rania  al lado de ellos.
        - ¡Rania , Rania!
        - ¿Qué quieres, Robitu?
        - Rania, ¿me podrías decir cuando vas a ir por los sacos de plata mágica?
        - Iré la próxima semana, ¿quieres que te traiga?
        -Sí, ¿me podrías traer una bolsita?
- Claro - dijo mientras cogía la bolsita.
- Bueno gracias.
        - Adiós- al decir ésto, Rania se marchó.
        Poco después, el Cartero Mágico trajo un gran paquete para Robitu. Cuando éste lo abrió, apareció de repente la malvada bruja
Vivaldiana que secuestró a Robitu.
Alba, muy asustada, pidió ayuda a unos policías que eran del mundo de Robitu.
Al cabo de tres días los policías rescataron a Robitu.
A la bruja la encerraron en la cárcel del mundo de las brujas, de donde no podía volver a salir.
        La semana siguiente, Robitu se volvió a encontrar con Rania, que le dio la plata mágica. Pidieron el deseo de las doce manzanas doradas, que les fue concedido. A continuación, hicieron la poción mágica. El mundo de Robitu volvió a ser muy bonito y ya no había tanta pobreza.
        Desde entonces todos fueron muy felices.


                                                       Aroa Fernández Jaén (Curso Escolar 2010- 2011)

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